Hoy quiero contarte que ser perfeccionista puede alejarte de obtener bienestar y éxito en tu vida, de hecho este tipo de personalidad tiene un nombre en psicología “Síndrome del Perfeccionista” o “Trastorno Anancástico de la Personalidad”.

Si quieres saber si eres perfeccionista, te propongo contestes sinceramente a estas preguntas: ¿te encuentras la mayor parte del tiempo estresado?, ¿nunca estás del todo satisfecho con lo que haces?, ¿una vez terminadas tus tareas, las revisas una y otra vez de forma obsesiva?, ¿sufres mucha angustia cuando te equivocas?, ¿postergas a menudo acciones por miedo a cometer un error?, ¿preocupa cómo los demás te evalúan?

Si la mayoría de tus respuestas son afirmativas, seguramente seas una persona perfeccionista.

Las personas perfeccionistas sufren demasiado, el perfeccionismo está relacionado con una actitud radical con uno mismo, o todo o nada, si no es perfecto no sirve, con una autocrítica muy negativa, a veces por falta de autoestima. Estas personas temen el rechazo y no aceptan sus equivocaciones, para ellos cada error es un fracaso.

Las consecuencias de ser perfeccionista son tan graves como padecer ansiedad, depresión, ira, culpa, pesimismo y pérdida progresiva de autoestima; llegando a desarrollar comportamientos extremistas y obsesivos.

Para evitar que esto te pase hoy te propongo una alternativa al perfeccionismo y es la filosofía Kaizen, “kaizen” es un término de origen japonés que significa estar en constante evolución. Por eso te invito a que practiques la mejora constante, paso a paso, sin obsesionarte ni exigirte demasiado. Recuerda que lo perfecto es enemigo de lo bueno y tú deseas una buena vida llena de éxito y felicidad. Te animo a que conviertas tus errores en aprendizajes, que pierdas el miedo a no hacerlo todo perfecto a la primera. Date el permiso de equivocarte, de hacerlo mejor la próxima vez.

No des a otros el poder de hacerte sentir mal si no lo has hecho como ellos esperaban. Compite sólo contigo mismo por ser un poquito mejor cada día, disfrutando del camino sin castigarte por los resultados, sean los que sean.

No hace falta que seas perfecto, sólo la mejor versión de ti mismo.