Si alguna vez cuando has conseguido algo te han dicho, “¡qué suerte tienes!”, ¿no te has sentido como si tú no hubieras hecho nada para merecerlo?

Realmente me considero una persona muy afortunada, aunque con el paso de los años y la experiencia de vida, me he dado cuenta de que no es la suerte lo que nos hace ser felices o conseguir nuestros sueños, somos nosotros mismos.

Esperar a tener suerte nos hace adoptar una actitud pasiva e irresponsable ante nuestra vida. Además, puede hacernos caer en pensamientos negativos, tales como “haga lo que haga no tengo suerte”, “mira fulanito qué suerte tiene que ha aprobado a la primera” “soy muy buena pero es que no tengo suerte”. A mí particularmente, no me gusta dejar mis planes, sueños o deseos a algo tan intangible como la suerte, yo prefiero poner el universo a mi favor. ¿Y esto qué significa? Significa dejar de esperar, significa ponerse en acción para acercarnos a la vida que queremos tener. Y esto nos vale para todo lo que nos planteemos ya sea en el área personal o profesional. Vivimos muchas veces sin darnos cuenta, en estados de carencia, nuestra mente nos dice “me falta esto”, “necesito esto para llegar a …”, “no puedo tener esto porque me falta aquello”. Esto nos debilita enormemente, es sin duda esto es mucho más efectivo: tómate un momento para estar contigo mismo, acepta la realidad y mira a ver qué es lo que puedes hacer con los recursos de los que dispones ahora. Seguro que puedes hacer mucho más de lo que estás haciendo hasta ahora. Diseña un plan y empieza ya, empieza hoy. Da lo mejor de ti, sobre todo esos días que se vuelven más difíciles por distintas circunstancias que la vida nos trae. Esos días en verdad son muy importantes, si esos días das un poco más de ti, el universo es infinitamente más generoso de lo que tú piensas. Tarde o temprano te recompensará. No se trata de sufrir, de luchar, de forzar, de agotarse. Se trata de estar en movimiento desde un estado de ilusión, gratitud y confiando que todo lo que llegue será para bien, estaba en nuestro camino de vida encontrárnoslo.

La clave es dar, que no te importe dar de más, da lo mejor de ti, a tus seres queridos, a tus clientes, a tus amigos, da más tiempo, más atención, más comprensión, más amor.

Recuerda que es tan generoso el que da como el que sabe recibir, así que olvida tu ego y aprende también a recibir, a dejarte ayudar, también te lo mereces y quien te quiere se merece la oportunidad de sentirse bien prestándote su apoyo.

Así ya puedes dejar de preocuparte si tendrás o no suerte, de si eso que deseas llegará o no, simplemente actúa, apuesta por tus sueños, da lo mejor de ti y confía, así tendrás siempre el universo a tu favor.