¿Qué es el apego? ¿Por qué aún creemos que es algo bueno? ¿Cuándo vamos a aprender que nada nos pertenece? Nada ni nadie, por supuesto.

Dado que considero que tener apegos es una de las principales causas del sufrimiento humano, voy a ser muy tajante en mi exposición. El apego es una adición. Nos perjudica y nos esclaviza incluso más que las adiciones que conocemos tales como el tabaco, el alcohol y otras sustancias químicas. Al menos de estas nos hablan desde pequeños, nos previenen de ellas. Pero desde luego en nuestra cultura occidental no nos previenen acerca del apego. Más bien al contrario, nos aplauden que nos apeguemos a un trabajo para toda la vida, una pareja para toda la vida y más apegos también materiales. Una auténtica locura. Las culturas orientales lo tienen más claro, de hecho, su educación fomenta el desapego, la capacidad de aceptar las pérdidas como algo inevitable en la vida y que además ayuda al desarrollo del ser humano. Sin embargo, nosotros generamos vínculos pensando que serán para siempre, pensamos que esa persona o situación dará sentido a nuestra vida y que así estaremos más seguros y felices. Qué gran error.

Claro que el ser humano tiene necesidades de afecto, de sentir pertenencia a algo o a alguien, pero mucho cuidado con lo que creemos que necesitamos. La necesidad tiene un límite y cuando se hace imprescindible, ya hemos creado un apego, ya hemos creado una adicción. Pregúntate esto, ¿lo necesito o lo prefiero? ¿mi vida seguiría adelante sin esta persona o situación? 

Ponemos de excusa el amor para apegarnos a personas e incluso para provocar que otras personas se apeguen a nosotros. No nos han enseñado a amar sin apegos, a amar en libertad, en nuestra libertad y en la libertad del otro. Por eso sufrimos tanto.

Hoy quiero invitarte a practicar el desapego para que tu bienestar aumente y vivas feliz amando sin poseer nada. ¿Te gustaría conocer unas pautas sencillas para empezar a practicar el desapego? Puedes empezar hoy mismo, practica desde hoy y sobre todo comparte y entre todos crearemos relaciones más sanas y felices.

  1. Regala algo de lo que te cueste desprenderte: puede ser un libro, un recuerdo, algo muy valioso para ti, no a nivel económico sino afectivo, regálalo sin más.
  2. ¿Te ha pasado alguna vez que has regalado algo a alguien y esa persona se lo ha dado a su vez a otra? ¿Cómo te sentiste? Aprende a aceptar la libertad del otro, aunque tú se lo hayas regalado, no te pertenece.
  3. Elige un objeto de tu casa o vivienda actual, un objeto que lleve mucho tiempo allí, que ya estés acostumbrado a verlo. Deshazte de ese objeto.
  4. Apela a tu espíritu rebelde y háblale a ese apego y dile: No te necesito, no eres imprescindible en mi vida. Para evolucionar como ser humano hemos de revelarnos, hemos de ser transgresores con los convencionalismos sociales que no funcionan.

Desapégate ahora, porque realmente no necesitamos nada ni a nadie, tan sólo estar en paz con nosotros mismos.